
En abril de 1872, durante el reinado de
Amadeo I de Saboya, estalló la segunda guerra carlista.
Carlos VII, pretendiente al trono, dio la orden de tomar las armas a causa de la pérdida de sus diputados en las elecciones de ese año. En Arrigorriaga, Mañaria, Oñate y Oroquieta fueron donde se iniciaron los primeros combates en el País Vasco. Serrano tras derrotar a las tropas carlistas, de donde don Carlos consiguió escapar firmó el
Convenio de Amorebieta. En febrero de 1873 se proclamó la república. A causa de esto, recomenzó la guerra carlista. Entre las tropas de don Carlos se podían encontrar militares competentes como, Dorregaray, Elio, Ollo, Lizarraga, Orbe y Valdespina. El cura
Manuel de Santa Cruz se unió a la causa carlista.Fue un guerrillero que se dedicó a reclutar hombres para la causa entre sus fieles. Los carlistas vencen en la
batalla de Montejurra y este echo hizo que Dorregaray impidiese al general Moriones, jefe del ejército gubernamental, tomar Estella. Tras la derrota de los liberales en esta batalla, Lizarraga conquista Tolosa. Los carlistas, al vencer en esta batalla, intentan tomar Bilbao, pero tras varios meses de asedio son derrotados por los libe

rales en la
Batalla de Somorrostro el 2 de Mayo de 1874.
La toma de Irún por Ceballos fue un fracaso pa

ra los carlistas, que demostró que no tenían capacidad para tomar ciudades importantes. Al ser proclamado rey
Alfonso XII, hijo de Isabel II, se produce la Restauración de la Casa de Borbón, gracias al general Martínez Campos que asestó un golpe militar en Diciembre de 1874. La última victoria de los carlistas se produjo en la
batalla de Lacar donde Alfonso XII casi cae preso. La nueva batalla de Montejurra da el triunfo a los liberales. Con la frase célebre “
Volveré”, el pretendiente Carlos

VII cruza el puente de Arnegui con dirección a Francia a causa de su última derrota.
Se redujo el marco competencial foral y se afianzó la creciente unidad del Estado, llegando, a la abolición foral, por la
ley de 21 de Julio de 1876 promulgada por
Cánovas del Castillo. Tras la abolición se estableció una nueva estructura de relaciones jurídicas, económicas y administrativas, que recibió el nombre de
Concierto Económico y fue regulado por decreto de 28 de febrero de 1878.